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El sistema nervioso es sumamente complejo, pero podríamos referirnos a él como el centro de operaciones del resto del cuerpo, regulando sus funciones y actividad. Los trastornos neurológicos en perros pueden responder a un elevado número de causas y, en muchas de ellas, la rapidez de actuación es crucial para evitar lesiones graves y/o irreversibles. Por ello, resultará muy útil que seamos capaces de detectar cuándo nuestro peludo puede estar sufriendo una alteración neurológica.

En este artículo de ExpertoAnimal te detallamos 7 señales que pueden indicar un problema neurológico en nuestro perro. En todo caso, debemos tener en cuenta que los signos pueden confundirse fácilmente con los que se dan en otras enfermedades asociadas a diferentes órganos, por lo que lo más aconsejable es que contactemos con nuestro veterinario para que inicie lo antes posible el plan diagnóstico y, si finalmente resulta ser una enfermedad neurológica, que pueda localizar la lesión correctamente, pues de ello dependerá el pronóstico y tratamiento de la misma. Sigue leyendo y descubre cómo detectar problemas neurológicos en perros.

Índice

  1. Debilidad o parálisis de las extremidades
  2. Convulsiones
  3. Alteraciones de la marcha
  4. Alteración del estado mental
  5. Cabeza ladeada
  6. Temblores generalizados
  7. Alteración de los sentidos
  8. ¿Qué debo hacer si mi perro tiene problemas neurológicos?

1. Debilidad o parálisis de las extremidades

La parálisis en las extremidades es una de las posibles señales de problemas neurológicos en perros mayores. Junto a la debilidad suele aparecer dolor de una o varias extremidades y suele ser progresivo si se trata de un problema degenerativo, por desgaste crónico de las articulaciones, aunque también puede deberse a un problema de tipo neurológico, en el que esa debilidad puede llegar a paresia (o ausencia parcial de movimiento) o plejía (ausencia completa de movimiento).

Si la ausencia parcial de movimiento afecta a las extremidades posteriores se denominará paraparesia y tetraparesia si afecta a las 4 extremidades. La misma denominación se aplicaría a la ausencia total de movimiento pero con la terminación -plejía (paraplejia o tetraplejia respectivamente).

Esta ausencia parcial o total de movimiento puede estar causada por un estado avanzado de la enfermedad articular degenerativa en la que se produce compresión de la médula espinal o por otras causas (ya sean infecciones, traumatismos, hernias discales, etc), en las que la edad será más variable. Es por ello que es fundamental llegar al diagnóstico correcto para poder encontrar la localización exacta de la lesión, su origen y poder así ofrecer al paciente la mejor solución posible.

Si tu perro presenta cojeras intermitentes, debilidad del tercio anterior o posterior, no tiene tantas ganas de moverse como antes, se queja al manipularlo por la cadera, la rodilla o alguna otra articulación, o lo más severo, tiene dificultades para mantenerse en pie o directamente le es imposible, es importante acudir a nuestro veterinario para que le realice las pruebas necesarias.

Lo más probable es que deban realizarle una exploración completa (tanto física como neurológica), pruebas de imagen como radiografías o TAC/ RMN y es posible que alguna prueba de laboratorio como una analítica completa o una punción medular. Según cuál/es sea/n la/s causa/s, el tratamiento será muy distinto, desde farmacológico, quirúrgico, con fisioterapia, etc.

2. Convulsiones

Las convulsiones en los perros pueden ser de dos tipos:

  • Parcial: pueden aparecer alteraciones motoras como temblor de la cabeza, contracción de una extremidad, apertura involuntaria de las mandíbulas, etc. Y pueden ir o no acompañadas de alteraciones en el comportamiento como «cazar moscas imaginarias», ladrar sin motivo, perseguirse el rabo, mostrarse agresivo sin ser amenazado, etc. La crisis parciales pueden llegar a generalizarse.
  • Generalizada: en este tipo de convulsión, suelen aparecen también alteraciones motoras, pero esta vez afectando a una mayor extensión corporal, como contracciones musculares involuntarias, rigidez del cuello y extremidades, animal en decúbito, apertura de la boca, pedaleo y pueden aparecer también manifestaciones vegetativas como micción/defecación o ptialismo (exceso de salivación) e incluso pérdida del conocimiento o pérdida momentánea del tono muscular.

Tras la convulsión y antes de la misma, también podemos ver al animal inquieto, agresivo, con lamido compulsivo, etc.

Si nuestro perro tiene una convulsión generalizada que dura más de 2 minutos, o aumenta su frecuencia, gravedad, o bien no se recupera correctamente tras un episodio o hila varios seguidos, debemos acudir con urgencia al veterinario puesto que puede tratarse de una emergencia vital.

Y, en todo caso, ante una convulsión parcial o total, es importante acudir al veterinario para realizar el diagnóstico y tratamiento apropiados (uno de ellos es la epilepsia, pero debemos tener en cuenta que existen otras muchas causas que pueden dar estos episodios, incluídas alteraciones vasculares, metabólicas, intoxicaciones, traumatismos, etc).

3. Alteraciones de la marcha

Percibir alteraciones en la marcha del perro, que también podríamos definir como cambios o anomalías en su forma de caminar, puede ser una señal de que nuestro perro padece problemas neurológicos. Generalmente podemos apreciar:

  • Ataxia o incoordinación: este tipo de alteración de la marcha en la que los miembros pierden su coordinación, podemos observar desde que el paciente se inclina hacia un lado, que su rumbo se desvía, que al intentar caminar sus miembros se cruzan o que arrastra alguna de las extremidades, se tropieza o es incapaz de realizar un movimiento concreto. Este tipo de alteración puede deberse a lesiones en diferentes zonas del sistema nervioso y es importante una buena localización de la misma una vez más.
  • Movimiento en círculos: suele ir asociado a otros síntomas y pueden deberse a lesiones en múltiples localizaciones del sistema nervioso. No tendría mayor importancia si el perro realiza este movimiento durante el juego, antes de acostarse o de forma puntual. Pero si observamos que al intentar caminar sólo es capaz de moverse girando en un sentido, lo hace continuamente y parece no controlar el movimiento es cuando debe preocuparnos y acudir al veterinario.

4. Alteración del estado mental

En casos en los que existe una alteración a nivel del Sistema Nervioso Central (cerebro o tronco encefálico), es frecuente que el animal presente un estado mental alterado: lo podremos ver decaído, que apenas interaccione con el entorno, o puede que se quede parado presionando su cabeza contra la pared o algún mueble (lo que se conoce como head pressing). Existen manifestaciones muy diversas.

En general, un animal sano presentará un estado de alerta (responde adecuadamente a los estímulos presentes en el ambiente). Si está enfermo, podrá presentar un estado mental desde deprimido (se mostrará somnoliento pero despierto, alternando periodos de inactividad con otros de actividad breve), en estupor (se muestra dormido y sólo responde a estímulos nociceptivos o dolorosos) o comatoso (el animal se encuentra inconsciente y no responde a ningún estímulo), en función de la gravedad; y puede o no venir acompañado de otras alteraciones del comportamiento.

5. Cabeza ladeada

Puede ir acompañada de otros síntomas, como estrabismo o nistagmo patológicos (movimiento involuntario y repetitivo del ojo, ya sea en horizontal, vertical o circular y suele afectar a ambos ojos), movimiento en círculos, pérdida auditiva o del equilibrio. Es muy frecuente que esté asociado a una lesión en el oído interno conocida como síndrome vestibular canino. Si tu perro tiene una edad avanzada o ha presentado otitis graves y observas que ladea la cabeza, deberás acudir al veterinario para que valore el estado de tu animal y pueda realizar el diagnóstico.

6. Temblores generalizados

Si nuestro perro presenta temblores en situaciones no fisiológicas, es decir, sin que haga frío o estando en reposo, debe ponernos en alerta y debemos observar en qué momentos le ocurre, si presenta otros síntomas y con toda la información acudir a nuestro veterinario. Para este tipo de alteraciones, es muy útil el soporte audiovisual, como la realización de vídeos, para ayudar en el diagnóstico.

7. Alteración de los sentidos

Además de todo lo mencionado, algunas señales de problemas neurológicos en perros jóvenes, adultos o ancianos, puede ser la alteración de los sentidos:

  • Olfato: el perro no muestra interés por algo a nos ser que lo oiga o visualice, no rastrea, si le ofrecemos un premio que no puede ver no lo detecta o si le ponemos delante un olor fuerte y que no suele gustarles como el vinagre no muestran un rechazo. Puede ser un signo de que el nervio olfatorio está lesionado y debe ser revisado por el veterinario.
  • Vista: hay diferentes nervios involucrados en la misma. Si detectamos que súbitamente, nuestro animal parece que no ve correctamente (se muestra más inseguro al caminar, choca con objetos, tropieza en los escalones, etc), el veterinario deberá realizar un examen neurológico y oftalmológico completos para averiguar la causa.
  • Oído: con la edad, nuestro perro puede ir perdiendo capacidad auditiva por degeneración de sus estructuras. Sin embargo, también puede deberse a una lesión neurológica y una vez más, las causas pueden ser diversas (lo que hemos descrito anteriormente que se conoce como síndrome vestibular) y a menudo estará acompañado de alteraciones en el equilibrio, puesto que ambos sentidos están muy relacionados.
  • La dificultad para deglutir o lamer también puede responder a una alteración neurológica. Puede ir acompañada de sialorrea (salivación excesiva) o asimetría facial.
  • Tacto: un animal con una lesión neurológica a nivel espinal, puede perder sensibilidad, además de habilidades motoras. Por ejemplo, puede presentar una herida por llevar arrastrando una extremidad y no mostrar molestias ni dolor, podemos tocar una zona sensible sin que reaccione, etc. Sin embargo, también puede darse el caso contrario, es decir, un aumento de sensibilidad, sensación de hormigueo o dolor neuropático en el que pueden llegar a autolesionarse gravemente.

¿Qué debo hacer si mi perro tiene problemas neurológicos?

Si hemos detectado una o varias de estas señales de enfermedades neurológicas en nuestro perro, será de vital importancia acudir a nuestro veterinario, quien evaluará el caso y podrá remitirnos a un veterinarioespecializado en neurología para realizar las pruebas neurológicas en perros que considere pertinentes.


Este artículo es meramente informativo, en ExpertoAnimal.com no tenemos facultad para recetar tratamientos veterinarios ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a que lleves a tu mascota al veterinario en el caso de que presente cualquier tipo de condición o malestar.

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Bibliografía

Rodrigo Esteban Tello. 2016. «Manual clínico de examen neurológico en el perro». p-1-57.